Haremos un cuento cooperativo entre todos y todas. Cada grupo tiene que hacer una aportación de varias líneas donde se utilice, al menos, tres de las siguientes palabras o expresiones; y mínimo una foto o dibujo:
Hola, mi nombre es Emma y tengo 16 años. Ahora mismo estoy ingresada en el Hospital General de La Paz por anorexia y bulimia. Este es mi undécimo día aquí. En el día de hoy he cumplido mis esperados 16 años algo inusuales, pero al menos, he recibido un beso y un regalo de mi padre. Su presencia me hace sentir en casa y sus palabras de cariño para mí significan más que cualquier regalo. Además, para mi sorpresa, el detalle que ha traído contenía algo muy especial que me ha hecho evadir la mente de todo el día, me ha regalado un disco de mi grupo favorito, Coldplay. La música es el único medio de escape que tengo aquí, cuando todavía no sé muy bien qué ha pasado para llegar hasta este punto. Mi sufrimiento ha sido continuo y mi historia empieza aquí.
IES LAS NORIAS (MONFORTE)
Ya han pasado varios días. Ayer vino mi abuelo y su presencia a mi lado fue el mejor regalo que podía haber recibido. Pensar en una vida fuera del hospital es una utopía. Sombras en el pasillo, este dolor se extiende por todo mi cuerpo. El fuego me engulló dentro de mi cabeza mientras combatía este pulso,es el mundo que quedó después de pensar en si ceder o resistir. Sigo con mi rebelión interna. Deseo vivir,es más, ganar esta batalla. Cada palabra que le dedica mi abuelo en este momento, es una luz que aleja la oscuridad que me consume.
IES NOU DERRAMADOR (IBI)
Yo era una estudiante excelente y como sacaba muy buenas notas y me portaba muy bien en clase,creo que me tenían envidia, pero a mi me daba igual
Después hubo un confinamiento y ahí empezaron todos los problemas,engordé mucho,y cuando volví al instituto todos se reían de mi y me excluían. Pense que se debía a que engordé…
IES LA MOLA (NOVELDA)
“Estos tres meses de aislamiento fueron un largo y tedioso período de estrés que unido a otros tantos problemas, generaron en mí un caos de emociones. Siempre he sentido la necesidad de encajar y agradar a los demás, y el vacío, que me producía no conseguirlo, comencé a llenarlo con comida.
Esto me llevó a engordar y mi imagen física agravó la sensación de desprecio que sentía al pensar en mí misma, por lo que el efecto se invirtió.
Poco a poco, movida por la idea de encajar, comencé a adelgazar hasta el extremo.
Pienso que no he sido yo la que ha ido tomando las decisiones, sino una mente consumida por la construcciones colectivas que la sociedad implanta en nosotros.
Aprendre investigant 